Para empezar debemos tener claro que ambos son importantes ya que conforman la identidad corporativa gráfica de nuestra marca, cómo nos van a llamar y que imagen le van a asociar.
Por lo general el nombre va antes que el logo, es decir, primero nombramos a nuestra marca y a partir de ahí se genera el resto de la creatividad que le acompaña, el nombre nos aporta ideas de cómo tiene que ser la parte visual ósea el logo. Una de las razones por las que podemos pensar que el nombre va antes que la creación del logo es que son numerosas las marcas que utilizan su naming o las iniciales del mismo como logo por ejemplo: Zara, Gucci, Calvin Klein, Canon…
Una vez dicho esto, que primero se decida el nombre y luego el logotipo no le quita importancia al segundo sino que realmente tienen que ser un conjunto e ir relacionados ya que no puede entenderse el uno sin el otro por eso están a la par, sería como un pareja.
Por ejemplo un dibujo de una manzana sin nombre no lo asociamos con una marca de móviles ya que aparentemente no tienen nada que ver pero si el logo y el nombre se asocian sí que funciona el proceso. Ante un nombre o un icono que no tiene nada que ver, con el tiempo y la comunicación se produce un cambio psicológico que hace que la mente asocie que está junto.
El claro ejemplo de que el nombre no es más importante que el logo y viceversa son, por ejemplo, los juegos en los que nos dicen el nombre de una marca y tenemos que clicar el logo correspondiente o dibujarlo y los juegos en los que nos aparece la imagen de un logo y tenemos que escribir el nombre de la marca. Es decir, se entienden como un conjunto, uno depende del otro.
Está claro que el nombre y el logo son una parte muy importante en nuestra empresa, y en Creando Marcas te queremos ayudar a conseguir una marca de 10 con nuestro curso gratuito: https://lamaquinadeclonarclientes.com